«Dionoguarde» es una contracción de la frase «Dios nos guarde» utilizada en Paraguay. Es una interjección muy común que se introduce en una oración cuando se va a enfatizar algo extraordinario, muy sorprendente o de miedo.
Es muy común cuando se quiere advertir sobre algún peligro. Por ejemplo: «ese arriero tenía un cuchillo, Dionoguarde, de 80 centímetros y muy filoso».
Otro uso podría ser: “Dionoguarde si fulano gana las elecciones y sube de presidente”. O bien, “si mengano entra en la cancha, Dionoguarde lo que va a ser el partido para el equipo contrario”.
Los usos de esta expresión para exagerar podrían ser: “Dionoguarde, qué calor que está haciendo”, “De dónde Sutana consiguió un novio Yam feo, Dionoguarde”, etc.
La versión paraguaya abrevia coloquialmente la conocida frase española: “Dios nos guarde y libre de todo mal”. O su similar: “Dios nos guarde y proteja”, etc.
Irónicamente, la expresión popularizada en Paraguay parece convertir una afirmación (Dios nos guarde) en negación (Dios no guarde), pero así es como nosotros hablamos.
Otras formas frecuentes en Paraguay sin: “Dioselopague”, “chedio” (mi Dios), “diosanto”, “diomio”, “che dio marangatu” (Dios de bondad), etc.