“No hay caso, como diría (Mateo) Gamarra”. La frase se escucha en boca de un popular Don Juan paraguayo al ser baleado mortalmente por su mujer que le descubre bailando con otra.
Es probablemente el crimen más cantado del país a través de un famoso compuesto. La canción refiere que el caso ocurrió un 12 de octubre en Puerto Guaraní (Alto Paraguay, Chaco paraguayo), supuestamente en 1931.
Allí -según el relato- Mateo Gamarra bailó reiteradas veces con su amante Emilia Ortiz frente a todo el mundo, en la fiesta que se realizaba en el pueblo aprovechando el feriado del 12 de octubre.
Al ver con sus propios ojos lo que estaba ocurriendo, Delfina Servín le advirtió sobre su comportamiento, pero el hombre continuó danzando descaradamente con la otra. El relato dice:
Upéicha ndaje Gamarra toda la fiesta ojapo
He’ima chupe Delfina: «anivéna péicha reiko»
No hay caso, he’i Gamarra ha upeichante osegui
“Si es ojedigustáro che apoînte ne ichugui”.
(Así hizo Gamarra durante toda la fiesta. Delfina le dijo: «Ya no andes así». No hay caso, dijo Gamarra y continuó con lo mismo. Si se disgusta, yo me he de dejar nomás de ella).
Luego, Delfina descarga «los cinco tiros seguidos» contra la humanidad del infiel Mateo, quien cae pidiendo socorro y luego le pregunta: “¿por qué me hacés esto?”.
Reikuaamapa Gamarra ku Delfina oje’eha
Anichene re jekeha si a tiempo ro avisa
Gamarra no ñe’êvéima más que solo he’i va’ekue:
Adiós mante los amigos, pe vyaitékena che rehe.
(Ya sabés Gamarra quien es la tal Delfina. No creo que te quejes, si te avisé a tiempo. Gamarra ya no habló más y solo dijo: «adiós los amigos, alegrense por mi».
Existe discusión respecto a si el caso ocurrió realmente. Algunas publicaciones aseguran que la autora del crimen, Delfina Servín, fue condenada y encarcelada en el “Buen Pastor” (Asunción); incluso afirman que tras cumplir el castigo la mujer vendía flores en el cementerio de la Recoleta, justamente al lado de la cárcel de mujeres.
Sin embargo, historiadores como el caso de Luis Verón que sostienen que no hay pruebas de que la historia sea real.
Como sea, el relato es tremendamente popular y el “compuesto” muy difundido por las radios paraguayas.
Si bien al principio la canción se consideró de autor anónimo, posteriormente fue registrado por Estanislao Báez, con música de Eladio Martínez.
Una muerte de verdad