“Puro péa he’i kamby vendeha” es un ñe’enga paraguayo muy popular que se traduce al castellano como: “Esto es puro, diría el vendedor de leche”.
El caso es que el término “puro” en Paraguay se utiliza como sinónimo de verdadero o cierto. Y claro, también significa pureza. De allí se crea el juego de palabras para formar el refrán popular.
La frase atribuida a los lecheros (“puro péa”) es una ironía que se relaciona con la costumbre que tienen algunos vendedores tramposos de agregarle agua a su producto para obtener más ganancia.
Entonces, generalmente, estos comerciantes que van vendiendo en forma fraccionada según la cantidad solicitada por cada cliente de barrio suelen promocionar sus lácteos asegurando que son puros, sin ningún agregado de agua.
O bien ante la pregunta del consumidor responden invariablemente que es “puro” o “puroite”(realmente puro).
La venta de leche pasteurizada e industrializada en todo el país prácticamente hizo desaparecer a los tradicionales vendedores de leche, sobre todo en las áreas urbanas.
Otra curiosidad es que en Paraguay al lechero se le llama frecuentemente “lecherero”.
Por otra parte, un caso muy notable es el hecho de que los vendedores de los estadios de fútbol recorren entre los aficionados gritando:”¡Leche, lecheee!”, pero lo que realmente ofrecen es cerveza.
Ver también la particularidad del término “pura” entre los paraguayos.