“Jaiko, he’i mondaha omonda’irõ” es un ñe’enga o refrán popular paraguayo que se traduce como: Vivimos, dice el ladrón que roba poquito.
Refleja realmente al pequeño ratero que obtiene apenas botines para sobrevivir. Es el opuesto al ladrón en grande o perteneciente a una gran organización criminal. O al “manguruyú” que saquea al Estado.
En general, el paraguayo da una respuesta optimista cuando se le pregunta: “¿Qué tal?”. Suele contestar con: “iporâ” (está lindo), “calidá”, “de lujo”, “iporãiterei” (demasiado bien), etc.
Incluso se exagera con frases del tipo: «Jaiko porãve coronel retirado-gui» (vivimos mejor que un coronel retirado), «iporãve líndo-gui» (mejor que lindo), «iporãve misa cantada-gui» (más hermosa que una misa cantada), etc.
Pero cuando no quiere expresar tan superlativamente usa la expresión citada: «Jaiko» (Andamos, vivimos), «ha jaiko» (y vivimos) «jaiko’i» (vivimos un poco, vivimos mal) o también: «jaguerrea» (guerreamos).