El humor paraguayo (o por qué gua’u el perro da vueltas antes de acostarse)

Chistes de cachique, chistes gua’i, piropos en guaraní, ñe’enga… ¿Por qué nos causan tanta gracia a los paraguayos? Es el tema que trata esta investigación presentada por Nicole Laudie Rolón, como tesis en la Utah Valley University, Estados Unidos, en noviembre del 2018. Paraguayología abre de este modo sus páginas para difundir trabajos académicos sobre la temática de nuestra página, previa evaluación. Lo que sigue es una versión resumida del original (que tiene 31 páginas en total).

 

Mba’érepa ojere la jagua añeno mboyve? (¿Por qué el perro da vueltas antes de acostarse?)

Un análisis del excéntrico humor paraguayo (*)

Antes que nada, habría que contestar la persistente pregunta que seguramente se ha formado en la mente del lector: el final del chiste paraguayo que se utiliza como título de esta obra. Así termina: oheka inaramboha – ¡está buscando su almohada!

Mientras que para muchos paraguayos este chiste provoca risa, al traducirlo y contarlo en español, ya pierde lo simpático. En los provenientes de otros países no incitaría ni una sonrisa. El paraguayo, al escucharlo, se muere de la risa, pero los demás no entienden lo gracioso del chiste – lo más probable es que miren al paraguayo, muy confundidos, pidiendo alguna explicación. Pero el paraguayo no le va a poder explicar por qué se ríe tanto. ¿Por qué pasa esto? ¿Qué hace que algo sea tan simpático para uno, y no para el otro?

Cada cultura y país tiene su sentido de humor distinto, y el humor paraguayo podría ser considerado uno de los sentidos de humor más únicos en el mundo – es pícaro, excéntrico y muy, pero muy enraizado en un idioma riquísimo que se presta perfectamente para expresar una plétora de emociones – el guaraní.

La autora de esta investigación, Nicole Laudie Rolón, es licenciada en el idioma español y cultura hispana y trabaja como traductora. En el 2016 llegó a Villarrica como voluntaria de inglés. Se enamoró del tereré, el cocido con chipa, la guarania, el dulce idioma guaraní y de Jorge, con quien está casada. Vivieron dos años en Paraguay antes de volver a EE.UU. para terminar sus estudios. Esperan mudarse al Paraguay dentro de poco. Hoy Nicole estudia guaraní y ñandutí por internet. Tienen dos hijas.

Paraguay no es el típico país latino. Esta nación humilde pero culturalmente rica se caracteriza por su barro azafranado y fauna esmeralda, cielos azules y cerros índigos en el horizonte. Es un lugar con abundantes atracciones naturales espectaculares, donde la gente parece convivir con la naturaleza misma y disfrutar de todo lo que ofrece.

La situación económica para la mayoría es difícil, pero el paraguayo busca sobrevivir a su manera particular e ingeniosa. Siempre encuentra el lado a todo – incluso el lado simpático.

Los habitantes de este país tan caluroso y húmedo con mucho gusto y ánimo cuentan su historia a cualquiera que les escuche. En la época de la conquista española de América del Sur, pocos españoles llegaron a la zona (en comparación con otros países latinos) debido a que no tenía litoral y estaba situado en el medio del continente. Los que entonces llegaron, fueron, en mayoría, hombres. Estos se casaban y mezclaban con las mujeres indígenas, quienes criaron a sus hijos hablando su idioma natal. Los niños mestizos de los españoles y los indígenas hablaban, entonces, ambos idiomas, una tradición que sigue hasta hoy en día (Smink).

El efecto lingüístico de la guerra de la Triple Alianza fue notable, ya que causó que el español no se expandiera tanto y el guaraní llegara a ser un símbolo del pueblo paraguayo (Lang 17). Por otro lado, el efecto económico y psicológico fue devastador. Muchos paraguayos siguen culpando a la guerra por el estado económico del país, que nunca se ha recuperado (Iglesias 111).

La prohibición del guaraní

Antes de esa guerra tan terrible, el presidente Carlos Antonio López mandaba castigar al que usaba el guaraní en la escuela en los años 1844 – 1864 (Melià 42). No obstante, el pueblo resistió. Melià describió esas puniciones, comentando que cada sábado los niños que fueron descubiertos usando el guaraní eran castigados con cuatro o cinco azotes. Dice: ‘‘La azotaina se convertía en un divertido espectáculo. Y uno puede imaginarse que la popular diversión era asistida y comentado por los presentes con chistes y ocurrencias… en guaraní‘’ (42).

Después de que Paraguay entró en la guerra y fue derrotado, los nuevos líderes prohibieron de nuevo el guaraní. Esa prohibición siguió por décadas hasta que Paraguay entró en otra guerra – la Guerra del Chaco contra Bolivia en 1932 – y el guaraní llegó a ser el idioma oficial nacional. Eso cambió apenas terminó la guerra (Lang 18).

En 1967, el guaraní fue declarado idioma oficial del Paraguay, junto con el español, pero con la condición de que el español sería de uso oficial (Constitución de la República del Paraguay, 1967). Sin embargo, cuando llegó al poder el dictador Alfredo Stroessner, se prohibió de nuevo el guaraní y los niños en la escuela que lo hablaban fueron castigados de nuevo. A pesar de todo, la gente no dejó de utilizarlo en casa y entre familia (Árnason 17).

Todas estas circunstancias políticas e históricas al final fortalecieron el uso del guaraní (Lang 18). Árnason nota: ‘‘…en ámbitos como las escuelas el guaraní era prohibido y su marginación en la sociedad era…vigente. Por otro lado…debido [al] rol nacionalista del gobierno… el guaraní se convierte en un símbolo de ser paraguayo…’’ (17). El idioma no se exterminó y las prohibiciones y las guerras recalcaron para el pueblo que el guaraní era una parte importante de la cultura, parte de ser paraguayo. Un tiempo después, en el año 1992, el guaraní tuvo el honor de convertirse en uno de los dos idiomas de uso oficial en el Paraguay.

Idioma del poder Vs. idioma del pueblo

Es imprescindible para nuestra investigación destacar que, aunque la mayor parte de la población es bilingüe y ambos idiomas se hablan en el Paraguay, el español y el guaraní aún no disfrutan de la misma percepción ni uso en la sociedad. Este tema se tratará más a fondo más adelante, pero por ahora, basta decir que el guaraní (o el jopará) se utiliza en situaciones muy distintas que el español. Lambert sugiere que el español es el idioma del comercio, de poder. Lang lo explica como el idioma que los paraguayos ven como capaz de dar progreso y crecimiento económico en la vida (76- 77).

El guaraní, en contraste, es el idioma del pueblo, algo que afecta como el paraguayo ve el mundo, su lugar en ello, y su manera de expresarse (391). Esta ‘lengua del pueblo’ se lleva en el corazón, y la evidencia de eso es que existe una ‘‘correlación entre el guaraní y las relaciones caracterizadas por la familiaridad o cercanía’’. El guaraní se usa generalmente con gente familiar, gente cercana. Da un sentido de unidad y libertad de expresión. Su naturaleza es tal que es el idioma perfecto para expresar sentimientos, bromear, etc., lo cual un paraguayo haría solo con alguien un poco más cercano (Lang 65).

Es evidente, de lo que se ha presentado hasta ahora, que la historia del Paraguay afecta directamente su situación lingüística, su situación económica, y como es el pueblo paraguayo. Es una población que, traumada de tanta guerra y opresión, vive en el pasado (Iglesias 111), pero sigue positivo, y cuando hace falta, demuestra su verdadero carácter – valiente, tenaz y fuerte (García 64).

Los paraguayos sobrevivieron porque creyeron en su potencial (Iglesias 115). Entonces, aunque muchas veces el paraguayo se desespera por el estado de su patria, por ‘ambiciones postergadas’, siente a la vez un orgullo inmenso de ser paraguayo, de hablar dos idiomas, de poder disfrutar de tan rica cultura (García 64). Quizás por medio de su historia el paraguayo ha aprendido a ser así, resistente y orgulloso de su patrimonio cultural – a pesar de la situación política o económica o lo que pasa alrededor(Iglesias 115).

Todo esto contribuye a que los paraguayos tengan un sentido de humor diferente: El humor es tan único como la cultura que la expresa, ya que está basada en experiencia colectiva (Mireault y Reddy). Definitivamente la turbulenta y fascinante historia política y nacional, la población mayormente bilingüe, pobre pero ingeniosa y excesivamente amable y su manera de ver la vida tienen que ver con su humor tan interesante.

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Una combinación de uno o más de los elementos del humor causa una (o unas) incongruencias y eso a la vez hace que el chiste sea simpático – es como una fórmula. Tomemos como ejemplo el chiste del perro y su almohada. Primero, utiliza 1, la absurdidad. Quizás en algún otro país un perro utilizaría almohada, pero en Paraguay, ¡jamás! A los perros se les quiere, pero no son ni hijos ni nietos – hay una clara división entre humanos y animales. Entonces, para el paraguayo, es absurdo que un perro utilice almohada, y el hecho de que la busca, sería simpático.

Dos de esos elementos que se analizarán en esta investigación son la cultura y el idioma – específicamente en conexión con Paraguay.

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Comencemos con la cultura. El humor es una reflexión de quienes somos, ya que una comprensión común es necesaria para entender el humor de otro (Tavoy 279). En una escala más grande, la cultura hace posible que una nación, raza o cultura tenga un sentido de humor diferente que otro. Mireault y Reddy observan que ‘‘el humor es un fenómeno fundamentalmente cultural. Es cultural en la misma manera en que cualquier otra interacción o rutina o gesto es cultural – emerge dentro y sólo dentro de un contexto y situación, y deriva su significado de las reacciones que recibe al usarlo’’ (56).

Tavoy expresa una idea similar, utilizando como ejemplo el chiste de ‘’Un … entra a un bar…’’. Para poder encontrarlo simpático, uno tendría que tener un conocimiento previo de cómo es entrar en un bar, y también como son los actores del chiste, sea un cura, una rubia, etc. Sin una comprensión de los actores y el escenario, no se va a entender el chiste. Esta comprensión en común es cultura (Tavoy 279).

El chiste de la tortilla

Para entender mejor el concepto, vamos a imaginar que alguien cuenta un chiste sobre tortilla a un español, un guatemalteco, un paraguayo y un mexicano. El mexicano está pensando en un pan planísimo de maíz o harina cocido sobre comal; un guatemalteco imaginaría algo parecido, pero más grueso aún; el español pensaría en un tipo de omelet grueso lleno de verdura, papa u otras cosas. Y el paraguayo imaginaría un pancito frito a base de harina y huevo con pedazos de queso adentro (véase la figura 1). Se puede deducir sin mucha duda que el chiste no sería lo mismo para todos, y lo más probable no muy simpático.

Cuando un chiste de otra cultura no es simpático, es porque no tiene relación con la vida del oyente, no hay ninguna conexión ni comprensión (Tavoy 285). La incongruencia no es evidente o entendida.

La creatividad de una cultura refleja su habilidad de generar humor. Eso sería porque tanto la creatividad como el humor requieren violaciones de lo normal y requieren una flexibilidad cognitiva. Descubrieron que diferencias en creatividad en una cultura pueden ser una reflexión de sus diferencias en el humor. Lo interesante de sus estudios es que han concluido que las personas biculturales quienes han integrado ambas culturas en su identidad tienden a ser más creativas ya que una experiencia multicultural podría promover la comprensión, el uso y la creación del humor (Lu et al 22). Paraguay es un país bicultural desde que llegaron los españoles, y quizás eso tenga que ver con la habilidad y facilidad de la gente de formar chistes.

Ahora veremos algunos ejemplos de este humor tan único. Consideremos el siguiente chiste paraguayo: Ndaikuaái moôguipa añepyrûta, he’íje chipa apu’a ho’úva. Analizaremos los elementos que hacen que sea simpático enParaguay.

Lo primero y más obvio es que al no ser paraguayo y al no hablar guaraní, el chiste no se va a entender. ¿Cómo se puede reír uno si no entiende? Ahí está el primer elemento primordial de la cultura paraguaya que afecta el humor.

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La mayoría de los chistes paraguayos se cuentan en guaraní o jopará. Eso podría ser porque en guaraní, la manera de relacionarse es mucho más relajada, exagerada y expresiva que en el español. El guaraní es, en las palabras de González, ‘‘una bellísima lengua… [cuyos] sonidos nasales y guturales acercan su prosea a la poesía y a la música’’ (278). Es especial en el sentido de que no proviene, ni tiene ninguna influencia de otra lengua que no sea el español (ya que no existían ciertas palabras en el idioma, cuando invadieron los españoles, el idioma tenía que adaptarse y agregar palabras como kavaju – caballo, y kesu – queso). Ha seguido igual por siglos. González cree que brotó naturalmente de la observación de la naturaleza, y no como un ‘‘subproducto de otras lenguas’’ sino de la transformación de hechos y objetos en notas musicales (283). Eso le da su simple pero compleja estructura y manera filosófica de describir al mundo, su facilidad de expresar emociones profundas, etc. (281).

Los paraguayos se sienten orgullosos de poder bromear y piropear en guaraní, y lo hacen, generalmente, con los que sienten alguna cercanía (Melià 41). Han habido estudios que establecen una ‘‘correlación entre el guaraní y las relaciones caracterizadas por la familiaridad o cercanía’’, lo cual lo hace más útil para expresar sentimientos, bromear, piropear, etc. (Lang 65). Observó Árnason: ‘‘El uso del guaraní es más probable en familia y entre gente en situaciones de comunicación informal y de solidaridad, por ejemplo cuando uno cuenta un chiste o está enojado’’ (25).

Además de ser un idioma de cercanía y familiaridad, el guaraní le agrega otro nivel de significado y emoción al chiste.

Valeria Candia, una chica de 17 años en aquel entonces, escribió un artículo sobre el guaraní para el periódico ABC Color. Observó una creencia común entre los paraguayos: que escuchar un chiste o anécdota en español no es lo mismo que escucharlo en guaraní. Notó que siempre es más simpático, aunque entre los jóvenes no siempre es bien visto usar el guaraní, y opina que es increíble que algunos compatriotas suyos han dejado el guaraní de lado. Es obvio que los que ignoran el guaraní y lo ven como símbolo de la ignorancia carecen de una comprensión de su verdadera belleza.

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Parte de la belleza del idioma es que a veces una sola palabra contiene connotaciones muy diferentes o más profundas que en el español, lo cual agrega otro nivel lingüístico más para emocionar al oyente.

Las palabras en guaraní tienen connotaciones muchas veces más profundas que el español. ‘’La palabra tuyuyu [sic], [derivada de la palabra tuyu, barro]’’ informa González, ‘’no solo muestra el ‘’barro’’ sino las dos patas que lo pisan y se hunden porque ‘’tuyuyu’’ [sic] significa ‘‘cigüeña’’ (283). En el guaraní, hasta las sílabas y a veces las letras tienen su propio significado, dando una idea más completa a una palabra o expresión (281).

Piropo en guaraní

El guaraní está muy enraizado en la naturaleza, y el respeto que los guaraníes tienen por la tierra y el aspecto filosófica del idioma es evidente al examinar los nombres de las plantas y los animales (González 284). La palabra guaraní para ‘’árbol’’ es yvyra, que significa ‘’lo que será tierra’’, lo cual González acierta que es una ‘’toma de conciencia de la fragilidad de la vida’’. Ropegua significa ‘’familia’’, pero

literalmente significa ‘’como vaina de semillas’’ (284). Muchísimas palabras del guaraní tienen esta misma cualidad, lo cual lo convierte en un idioma para expresiones chistosas, pícaras y románticas. Un piropo en guaraní es mucho más elegante y filosófico que en el español. Nde pyguýpe kapi’ipéicha, nde pópe rosa potýicha significa ‘‘estoy debajo de tus pies como la gramilla y en tus manos como una rosa’’ (Melià 41). El profesor de guaraní y presidente del Ateneo de Lengua Guaraní, David Olivera Galeano compartió en un artículo del periódico Última Hora que él cree que la razón por la cual el humor paraguayo se centra en el guaraní es que ‘‘…la gente que usa el guaraní tiene más recursos, más libertad, más creatividad que en castellano” (‘‘El humor y el guaraní’’).

Debido a su naturaleza, el guaraní es muy difícil de traducir a cualquier otro idioma (incluso al español, aunque la mayoría de los paraguayos lo dominan). La traducción, por lo general, es inadecuada para captar la relación entre las palabras y su ambiente, y no se puede comunicar de manera eficaz las tonalidades y sutilezas del idioma (Lang 57). La parte clave del chiste se centra en muchos casos en una sola palabra, y como hemos visto, esa palabra podría tener un significado mucho más profundo o complicado que tiene en el español. Al traducirlo, la incongruencia del chiste se pierde, y ya no provoca risa. Así es el caso con el perro y su almohada.

Simplemente no es simpática la traducción.

Ahora, volvemos a nuestro chiste que mencionamos antes de hablar de las particularidades del guaraní: ndaikuaái moôguipa añepyrûta, he’íje chipa apu’a ho’úva. Cabe mencionar que esta clase de chiste se llama ñe’ēnga (ñe-en-gá), o dicho, y se utiliza para añadir humor a cualquier situación, para dichos sabios o creencias populares (Aguilera Jiménez). Son frases agudas y pícaras exclusivamente en guaraní o jopará, aprovechando la expresividad del idioma con juegos de palabras, rima y más.

Los ñe’ēngakuéra (plural de ñe’ēnga) pueden ser irónicos, muy literales, o a veces incongruentes, lo cual les hace más chistosos. Y los paraguayos tienen uno para cada situación imaginable.

Si uno no entiende el guaraní, no va a entender los ñe’ēnga, aunque en algunos casos el chiste traducido funciona aún, pero no al mismo nivel. Intentémoslo igual.

¿Cómo se come la chipa?

Ndaikuaái moôguipa añepyrûta, he’íje chipa apu’a ho’úva, en español es así: ‘‘No sé por dónde comenzar,’’ dice el que comerá una chipa redonda (Aguilera Jiménez).

¿Aún no es simpático? Falta todavía que se entienda otro elemento del humor importante: el contexto cultural.

El contexto para este chiste en particular tiene que ver tanto con la gastronomía como la actitud de las personas ante varias situaciones sociales. La chipa tradicionalmente tiene la forma de una dona – redonda, sin comienzo ni fin.

Entonces, cuando alguien tiene algún trabajo que hacer, o va para ayudar a alguien con alguna tarea y está un poco abrumado o sinceramente no sabe por dónde empezar, simplemente rompe el hielo con, ndaikuaái moôguipa añepyrûta, he’íje chipa apu’a ho’úva.

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Aquí veremos algunos ejemplos más de los ñe’ēnga para captar un poco mejor lo que son:

● Cada uno con su gusto, he’i kure jurure okambuva’ekue.

(Cada uno con su gusto, dice el que acaba de besar a un porcino.)

Ojupi ha oguejy mandyju présioicha. (Sube y baja, como precio del algodón.)

Tova morotĩ chipa pyrai.

(Tienes la cara blanquecina, como chipa mal cocinada.)

Ku ovecháicha, peteĩ ohoha ládope ohopa hikuái.

(Como ovejas, hacia el lado que va una, van todas.)

Espíritu memetengo koa, he’i ñati’u okambu ramo santore.

(Este es puro espíritu, dice el mosquito que le pica a una imagen de santo.)

Campana yvyra ha mboriahu plagueo avave no hendui.

(Campana de madera y lamento del pobre nadie escucha.) (Aguilera Jiménez)

Algunos de estos refranes consisten de un humor más bien universal, mientras otros claramente requieren un conocimiento del guaraní, además de una comprensión más profunda de la cultura e historia paraguaya para poder comprender por completo (como los precios del algodón, por ejemplo). Pero lo que es claro es que los ñe’ēnga – al menos para los paraguayos – no son simpáticos en español, al menos no tanto como en guaraní. La manera de contar, hablar y comunicarse en este idioma es increíblemente vívido e intenso, y es algo que no se puede transmitir por completo en español. Es por eso que nadie dice los ñe’ēnga en español.

Los chistes de cachique

Otro tipo de chiste típico en el Paraguay, cuyo humor va entrelazado con la cultura son los chistes de Cachique. Un cachique es un líder indígena. En otros países hispanohablantes, se dice ‘cacique’. Se pronuncia diferente en los chistes de Cachique porque es una imitación del acento de los guaraníes indígenas. Los guaraníes hablan el idioma con un acento un poco diferente que un paraguayo mestizo típico. Mientras un paraguayo pronuncia la ‘ch’ como la ‘ll’ rioplatense (o la ‘sh’ en inglés), la mayoría de las parcialidades guaraníes pronuncian la ‘ch’ igual que se pronuncia en español. Los paraguayos dicen ‘cachique’ en vez de ‘cacique’ – no porque los indígenas lo dirían así, sino para agregar un elemento estereotípico que identifica el chiste como algo de ‘indio’. Los chistes de Cachique además se cuentan en una ‘voz de indio’ para aumentar el efecto del chiste (Cantero).

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Estos chistes reflejan el lado ‘‘ignorante’’ y ‘‘retraído’’ – una percepción que los paraguayos, por lo general, tienen de los indígenas. Ha habido gente en el Paraguay que ha reclamado y está en contra de los chistes de Cachique. Un artículo de blog de un canal de radio asunceno opinó que este tipo de chiste es racista y promueve los estereotipos en contra de la comunidad indígena (Cantero).

Lang describió la actitud de estudiantes y maestros que estudió en Asunción, los cuales, en muchas situaciones, asociaron el idioma guaraní con ‘‘el campo, los indios y la ignorancia’’ (78). Esa es una actitud bastante presente en el Paraguay, (más en áreas urbanas) por irónico que parezca. Parte del problema es que, desde la época de la conquista, el idioma y cultura han sido reprimidos. Lang, después de haber tenido contacto con muchos estudiantes y maestros paraguayos, concluyó que estas perspectivas son el producto de cientos de años de la opresión de los indígenas y su idioma, y persiste a pesar de que ‘‘…el guaraní fue utilizado y sigue siendo… para reforzar el nacionalismo, todavía lleva consigo un estigma que comenzó con el racismo y eurocentrismo que dictó la relación entre las poblaciones indígenas y los colonizadores españoles’’ (78).

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Persiste casi siempre la idea de que Cachique carece de aptitudes intelectuales. Se presume que el personaje carece de sentido común, al no ser capaz de descifrar los mensajes elaborados dentro de las dinámicas urbanas, connotando una supuesta incapacidad de adaptación. Esta idea es de hecho comúnmente empleada para justificar la marginación del indígena en contextos urbanos. Estos chistes tienen en común, la subvaloración del indígena y la pretensión de descalificarlo por su supuesta ingenuidad o torpeza.

Cachique siempre actúa y habla de manera ‘‘próxima a lo absurdo’’, algo que lo hace simpático, pero a la vez no es justo hacia los indígenas paraguayos porque el personaje se basa en los estereotipos y actitudes de la gente (Cantero).

¿Todos somos cachique?

Sin embargo, hay una posibilidad que los chistes de Cachique no son estereotipos de la población indígena exclusivamente, sino que podrían representar lo que existe dentro de cada paraguayo. Puede ser que los chistes de Cachique expresan el lado ignorante y retraído del pueblo paraguayo mismo. Eso va en línea con su concepto de su pueblo, causado por las guerras antes mencionadas – que el paraguayo está atrasado (Iglesias 106-119).

Después de todo, nota el profesor David Galeano, los paraguayos tienden a “…reírse muchas veces de uno mismo” (‘‘El humor y guaraní’’). Esa idea comparte Vera, quien observa que el paraguayo no dudaría en hacerse el blanco del chiste.

Una frase muy popular es, ‘‘Se me salió el indio’’, lo cual se usa cuando uno hace algo tonto o no muy inteligente (Cantero). Esta actitud está cultural y políticamente propagada en Paraguay. Lo interesante es que la gran mayoría de la población es mestiza – parte indígena, parte hispano o europeo. Burlarse de los indios podría ser visto como si estuvieran burlándose de sí mismos entonces – lo cual parece ser una parte importante del humor paraguayo.

Si eso es cierto, también habría que considerar que estos chistes son tan populares no porque los paraguayos sean racistas u odiosos, sino que todos reconocen que tienen un poco que Cachique por dentro – inocente, primitivo y un poco retraído. Los chistes de cierta manera les recuerdan que todos (incluso la sociedad en conjunto) tenemos esas características y mentalidad en situaciones distintas. Se podría decir que los paraguayos son los Cachique del mundo.

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Otra teoría sobre los chistes de Cachique fue expresada por Helio Vera, escritor y periodista paraguayo. Desde su punto de vista, los chistes de Cachique no son paraguayos, además de ser irrespetuosos hacía un pueblo perseguido – y entonces no deben de ser contados. Los llama adaptaciones ‘‘burdas’’ de los chistes argentinos en cuanto a los gallegos o los chistes brasileños sobre los portugueses – un humor ‘típicamente europeo’. Según Vera, esta clase de chiste no nació del paraguayo, ya que ‘‘exige una estructura mental ajena a [la] cultura [paraguaya]’’. Según él, de la situación lingüística y cultural en el Paraguay nace otro tipo de humor que ‘‘no se canaliza a través de chistes’’ sino está más enraizado en el idioma, como relatos, apodos simpáticos y frases como los ñe’ēnga, por ejemplo (Vera).

Es difícil sacar una clara conclusión. Aunque el origen y motivo detrás de los chistes de Cachique está muy debatido, estos chistes se siguen contando en el Paraguay. Por consiguiente, están incluidos en este trabajo.

Al analizarlos, es claro que siguen el patrón de humor previamente presentado: dependen de la incongruencia y contraste, entre la vida normal y la vida retraída, entre lo civilizado y lo primitivo, lo inocente y lo vivo.

Los chistes de Cachique se cuentan a veces en guaraní y otras veces en jopará. Ya que el choque suele pasar entre Cachique y la sociedad moderna, tiene completo sentido. El jopará es contemporáneo, y es una mezcla del guaraní y español debido a que el guaraní no tiene todas las palabras necesarias para expresar ciertas ideas u objetos modernos.

Cachique, el celular y el motochorro

Veamos un chiste de Cachique en jopara para entender de qué se habla:

Cachique oho távape. Oipota icelular râ. Vendedor oporandu chupe:

Eipota celular con cámara o sin cámara? Ha Cachique he´i chupe:

Eme´e cheve sin cámara porque che vallepe ndaipori voi gomero.

(Cachique va a la ciudad para comprarse un celular. El vendedor le pregunta:

– ¿Querés celular con cámara o sin cámara? Y Cachique le dice:

– Dame sin cámara porque en mi pueblo no hay luego gomero (persona que repara neumáticos).) (‘‘Chistes de Kachique en guaraní’’)

Cachique es inocente y muy anticuado todavía. No conoce la sociedad moderna entonces se encuentra siempre fuera de lugar y en situaciones interesantes.

Veamos otro: Yendo Cachique, le sale un motochorro y le dice: «Eme’ẽ cheve la nde celular…» (‘’Dame tu celular…’’). Y Cachique le contesta: (0984) 1[24 783]

(‘‘Chistes de Cachique’’).

Mientras un paraguayo tendría mucho miedo de un motochorro (ladrón que anda encima de moto) y seguramente temiendo por su vida le daría el celular, Cachique no tiene por qué temer porque no sabe ni que es un motochorro ni para qué iba a querer su celular.

A veces Cachique parece entender una faceta de la sociedad dominante, pero en la aplicación de su conocimiento demuestra que en realidad no lo entiende por completo, como en el siguiente ejemplo:

Un fin de semana a Cachique se le ocurre ir de pesca con su socio. Cachique opoi la iliñada ha enseguida voi onohe peteĩ pira hérava karimbata. Katu ha upei cachique oipe’a chugui iplatakue ha opoi jey ype. Entonces, le pregunta el socio: – Mba’ere pio repoi jey pira ype? Y Cachique responde: – Ha moópio ohota soguére?

(Un fin de semana a Cachique se le ocurre ir de pesca con su socio. Cachique tira la línea y enseguida saca un pez. Le saca toda su plata (escama – dinero en guaraní es pirapire, o escama de pez) y lo devuelve al agua. Entonces su socio le pregunta,

‘‘¿Por qué hiciste eso?’’, y Cachique respondió, ‘‘Y ¿a dónde podría ir sin plata?’’) (‘‘Chistes de Cachique’’).

Estos chistes demuestran que la cultura paraguaya y su historia afectan su humor. Aunque la realidad de las creencias (conscientes o no) detrás de ellos no es siempre bonita, es parte de la vida y la cultura actual que se merece mencionar.

Los chistes gua’i

Interesantemente el Cachique no es el único en el mundo humorístico paraguayo que recibe burlas por no entender la sociedad y por hacer las cosas de forma rara. Hay toda una ciudad de personas que son blancos de burlas y chistes en Paraguay – los gua’i.

 

El Karumbe, emblemático transporte en Villarrica.

A los habitantes de Villarrica del Espíritu Santo, una ciudad en el ‘Interior’ de Paraguay, se les dice ‘guaireños’ o gua’i, debido a que residen en el departamento de Guairá. Gua’i es una forma corta de guara’ira, que significa ‘convertirse en guaraní’, o ‘guerrero’. Los gua’i tienen una forma distinta de hablar en español y en guaraní – un acento que les aparta de sus paisanos (‘‘¿Por qué se llama…’’). Y, como ya se mencionó, tienen una manera diferente de hacer las cosas – según la tradición y los chistes, ¡hacen todo al revés!

Los chistes ‘gua’i’ van así:

● ¿Por qué los gua’i van siempre entre 19 al cine? Porque la película es prohibida para menores de 18 (‘‘En la República del Guairá’’).

● ¿Cómo reconoces a un gua’i en un salón de clases? Es el único que cuando el maestro borra el pizarrón, él borra su cuaderno (‘‘Chistes inéditos de gua’i’’).

He’ô la y, he’íje gua’i.

Está mojado el agua, dice el gua’i.

Haku reheve piko heténe, he’íje gua’i helado-re.

Que rico sería esto caliente, dice el gua’i del helado (‘‘Chistes paraguayitos’’)

EL MEJOR POEMA DEL MUNDO ES GUARANÍ: Leé y escuchá «Che sy»

Peteï Gua’i ojupi peteï parraléra ári ha peteï ohasáva upérupi oporandú chupe:

Ma’erä piko rejupiupépe…

Ha’ú haĝua mángo… he’i chupe gua’i.

Ñande socio he’i jey gua’ípe:

Mba’éichaiko re’úta mángo upépe, pévango úva.

Mángo ha’úta, ha´e ndeve…

ha gua’i onohë ibolsillogui peteï mángo ha ho’ú…

Un gua’i subió a una parralera y alguien que pasaba por ahí le preguntó:

– ¿Qué haces ahí?

– Voy a comer mango, le dice el gua’i.

Y el tipo le dijo al gua’i:

– ¿Cómo que vas a comer mango ahí? Es una planta de uva.

– Te digo que comeré mango… Y el gua’i sacó de su bolsillo un mango y lo comió. (Olivera)

Pero ¿de dónde provinieron estos chistes?

Villarrica fue fundado en territorio brasileño en 1570. Una teoría dice que su fundador, Ruy Díaz de Melgarejo, creía que había plata en la zona, pero se equivocó – el primer ‘revés’ de la ciudad (González). Desde su fundación, Villarrica se mudó de sitio unas 7 veces por causa de invasiones hasta que se quedó en el corazón del Paraguay en 1682 (‘‘Villarrica (Paraguay)’’). Se le ha dado el apodo de ‘‘Ciudad andariega’’, ya que su extraña historia ya lo distingue de entre las demás ciudades paraguayas.

Los chistes gua’i pueden haber comenzado con unos carteles indicadores que se utilizaron al revés, para evitar que los bandeirantes (bandas de ladrones) brasileños llegaran a la ciudad en busca del oro (González).

Desde entonces, Villarrica ha seguido siendo distinto. González, un reportero para el periódico Última Hora, menciona varias situaciones ‘al revés’ en Villarrica.

Primero, las puertas ahí se abren hacía afuera, mientras que en el resto del país generalmente se abren hacía adentro. Los inmigrantes árabes, italianos y europeos tenían que ver con eso porque, al inmigrar, trajeron diferentes costumbres que fueron adoptados por los ‘gua’i’. Además, varias estatuas en la ciudad están puestas al revés. Los leones frente al Palacio Municipal de Villarrica tienen sus frentes hacía la calle, y la estatua de la Libertad, ‘‘a raíz de un conflicto que tuvieron los inmigrantes masones con la Iglesia Católica’’, está también dando su espalda al templo que ahí se encuentra.

A pesar de ser los blancos de muchos chistes, los guaireños no lo toman mal. De hecho, han aceptado su rara fama y la propagan al hacer cosas al revés – a propósito. Ponen carteles al revés, arman memes, ponen la bandera paraguaya al revés durante manifestaciones, y más (González). Quieren ser únicos y simpáticos – y funciona.

En guaraní todo es más simpático

Para concluir este trabajo de investigación, repasemos qué es lo que hemos deducido en cuanto al único humor paraguayo. Como hemos observado, el humor en el Paraguay es pícaro y agudo gracias a la influencia del guaraní – un idioma expresivo, creativo, y muy profundo con muchas posibilidades para juegos de palabras. Eso sería la primera y más grande influencia en el humor de Paraguay. Todo es más simpático siempre en guaraní,y no tanto en español ya que lo simpático no se transmite tan fácilmente debido a la naturaleza del guaraní. Ese idioma ha dado vida a los ñe’ēnga y otras formas de humor en guaraní que se han disfrutado por siglos.

También hemos visto que otro factor que hace único al humor paraguayo es la historia del país.Esa historia, desde la llegada de los españoles, ha influenciado actitudes hacía los pueblos originarios y su lengua que, gracias al reforzamiento de algunos regímenes de dictaduras, siguen fuertes hasta hoy en día e influencian de cierto modo el humor – aunque otros aspectos de la historia reforzaron el uso del guaraní. A pesar de actitudes a veces negativas hacia el guaraní, los chistes siguen siendo contados en él.

El último factor que influye al humor paraguayo es la mentalidad del paraguayo, como su idioma y cultura le hace experimentar el mundo. Su mentalidad lleva a un sentido de humor la mayoría de las veces autocríticopero desenfadado.

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Hemos visto los chistes Cachique, los ñe’ēnga y los chistes gua’i como chistes típicos del paraguayo, aunque quedan más ejemplos – como el lorito óga, entre otros, las cuales en algún momento habría que estudiar también.

En tan corto trabajo, es imposible tratar todo lo que tiene que ver con el humor paraguayo. Lo que falta analizar más a profundidad para tener una más completa comprensión del humor paraguayo son los elementos lingüísticos y el juego entre el guaraní y el español (jopará) en relación con el humor. Sería fascinante investigar también el humor de los indígenas en contraste con los paraguayos mestizos para ver en qué se diferencia y cómo es parecido. Y, un estudio de la aceptación del humor o la importancia del humor en la vida diaria o el humor de los paraguayos modernos en las redes sociales podría ser de interés para los que quieran comprender más del sentido de humor paraguayo.

Sin más comentarios, nos despedimos con un último chiste que capta todo lo excéntrico que es el humor paraguayo. Hasta la otra vuelta, he´i ijajúra hatava – Hasta la otra vuelta, dice el que tiene el cuello duro (Aguilera Jiménez).

(*) La versión completa de esta investigación puede descargarse presionando AQUÍ.

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