Los geniales aunque polémicos chistes de Cachique

Los chistes de cachique están entre las principales búsquedas en nuestro país, a pesar de la controversia. Los intelectuales están divididos entre quienes sostienen que estos chistes representan al paraguayo, que acostumbra a reirse de sí mismo, mientras otros señalan que son relatos discriminativos y racistas.

«Cachique» significa cacique; aunque la denominación no corresponde a los nativos. Cacique es el término que establecieron los españoles para designar a los líderes locales en América, evitando que se les llamara «señor», según una instrucción real de 1538.
El humor popular ha tomado el tema compartiendo en Paraguay una serie de relatos aún hoy muy buscados en internet.

Así el departamento número 1 en la búsqueda de los chistes de cachique es Itapúa, seguido por Central y Alto Paraná. Lo que más se busca son chistes en audio y en videos. Además, muchos piden traducciones al castellano y distintas versiones como para niños, chistes cortos, largos y también “chistes groseros de Cachique”.

Según la herramienta Google Trend, en nuestro país aparece primero la búsqueda de “chistes graciosos”; en segundo lugar “chistes para niños”; luego, “chistes malos”. Si, en efecto, mucha gente teclea así mismo en el buscador: chistes malos. En cuarta posición se buscan los chistes de Cachique con más de 1.300 menciones al mes. En quinto lugar, quedan los “chistes negros”.

Aparte de las web propiamente, también se comparte gran cantidad de contenidos sobre Cachique en grupos y páginas de redes sociales, así como también a través de aplicaciones como WhatsApp y Pinterest. Algunos incluso buscan por año (tipo “chistes de Cachique 2018”) o versiones para “descargar”. Aquí presentamos 7 ejemplos de chistes cortos de Cachique, con traducción, algunos de los cuales quizás no conozcas.

1- Hay que enfriar la cerveza

Cachique llega al almacén y le pregunta al dueño:

Eguerekópio cerveza aku. (tenés cerveza caliente; en el sentido de a temperatura de ambiente)

Aguereko. (Tengo)

Ikatúiko entonces emoro’ysâ ha ja’u. (Entonces, podés enfriar y tomamos).

2- Sobra el terere rupa

Cachique llega a un copetín a la hora del tereré rupa y pregunta:

Hemby pio ndéve empanada? (te sobran empanadas?)

– Hemby (si, sobra)

Ha ma’erâ pio la hetaiterei rejapo (y para qué lo que hacés tantas empanadas).

3- Política, el arte de lo imposible

Aseguran que esto realmente ocurrió y no es chiste. Fue poco después del derrocamiento de Stroessner, cuando empezó la fiebre de las votaciones en todo el país.  Un caudillo político de Caaguazú convenció al cacique de una comunidad de la zona para hacer una caravana de apoyo a cambio de unas provisiones y bebidas.

La misión de los nativos  era recorrer el pueblo gritando el lema del candidato local: “Peralta sí; otro no”.  Luego de dos o tres horas pregonando por el buen Peralta en una calurosa tarde, recibirían allí mismo lo prometido.

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El Cachique trajo a sus seguidores, quienes fueron alzados en tres camiones de carga y empezó la propaganda. Pero el contratante se dio cuenta enseguida que había un problemita con el coro. En realidad, el grito que es escuchaba era: “Peralta sí, Peralta no”.

A las tres o cuatro cuadras, dispuso parar el recorrido y se acercó al líder para ajustar el mensaje: “Peralta sí, otro no, ere va’erâ nio Cachique; ndaha’ei Peralta si, Peralta no”. (No tienen que gritar Peralta si, Peralta no. Deben decir Peralta si, otro no”.

Visiblemente molesto, el nativo replicó:

– Ore rejehejátama ko mba’e kóagui. Hasyterei la política ra’e. (Nosotros nos dejamos de esto: había sido la política es demasiado dificil).

Traducción: «Si, somos parientes. El es mi papá y yo soy su papá». «¿Pero cómo puede ser eso?». «El se acuesta con mi mamá y yo me acuesto con la de él».

4- Cachique ayuda al chofer del micro

A Cachique le invitan a una excursión a un balneario del interior; acepta y el domingo temprano llega al punto de partida, subiendo al micro con el jolgoriento grupo de turistas. Se sienta detrás mismo del chofer y lo va observando atentamente.

Como una hora después, probablemente ya transcurrido más de la mitad del trayecto, el ómnibus se queda frente a un parador y los viajantes se bajan a desayunar, mientras Cachique se excusa nomás y dice que va a permanecer dentro del vehículo.

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Los demás comieron y bebieron algo, fueron al baño, etc y al poco tiempo subieron nuevamente al micro. El conductor se quedó último mientras controlaba si ya estaban todos.  Cuando fue a sentarse nuevamente a su asiento, se dio cuenta que no estaba su palanca de cambio.

Cacique tenía la pieza mecánica en la mano, agitando, mientras le dice al chofer:

Todo el tape ahecha hetaite enohese…. Ha  emañami: che aguenohéma ndéve. (Durante todo el camino vi que intentaste muchísimo sacarlo… Y yo ya lo pude sacar, mirá).

5- Nadie quiere un hijo así

Un motochorro le roba el celular a Cachique, a punta de pistola y huye.

Muy asustado, va a hacer la denuncia en la comisaría, donde relata lo ocurrido y describe al malevo.

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El suboficial anota todo como es el procedimiento y le pregunta:

Ha ndéiko rehecharô ko mondahápe ikatuta erreconoce? (Si le ves al ladrón serías capaz de reconocerlo?).

Nahániri, ndaipotái ete peichagua che ra’yrâ!. (Jamás: no quisiera alguien así para mi hijo!)

6- Cómo ganar a un suegro muy exigente

Kachique se enamora y pide la mano de su novia ante un papá que visiblemente no quiere que se case con su hija. Pero no le dice que no abiertamente, sino que le responde de manera vaga y evasiva:

–  Ha remenda vaerângo… (y seguramente te has de casar, en un tono evasivo).

Luego, le dice que su hija solo querría casarse con alguien que tenga mucho dinero, a lo que el candidato le dice que tiene montón de plata guardados en bancos y financieras, etc. Ante esto, el tramposo papá fue ampliando las exigencias, diciendo que el marido para su hija debe tener vehículos, propiedades… A cada requerimiento, el pretendiente respondìa:

– Cachique oguereko.

Cuando el papá de la novia ya terminó de señalar todas las exigencias materiales para un hipotético yerno y viendo que no podía poner en aprietos al solicitante, se le ocurrió una idea bastante osada.

Omendaséva che rajy rehe oguereko vaerâ peteî herramienta de 50 centímetros. (El que quiera casarse con mi hija debe tener un miembro de 50 centímetros).

A Cachique casi le saltaron los ojos, tragó saliva, se rascó la cabeza, suspiró largamente, miró atentamente al señor y le respondió:

– Cachique otrosátante (va a cortar nomás)

7- El día que tanto lloró

Cachíque lloraba desconsoladamente y no había forma de tranquilizarlo. Y cuando le preguntaban el motivo, no cesaba de repetir:

–  ¡Oche’u cherembireko, oche’u cherembireko…! (*)

Entonces trataban de tranquilizarlo con frases tipo:

Pero Cachique, umiángo oikonte voi kuimba’e rehe. Anína nderasê upéare. A  vece nio la kuña ohose vointe la otro arriérondi. (esas cosas le pasan nomás luego a los hombres. No llores por eso. A veces las mujeres se van nomás luego con otro)

– Nahániri. Pero la cherembireko nio ho’u chehegui jaguareté! (no, pero a mi esposa lo que le comió fue el yaguarete).

8. Cachike en el micro

Nuestro colaborador Valeriano Domínguez, periodista y locutor en Ñemby, aporta este otro chiste:

Kachike apurado sube a un colectivo en el cual hay varios asientos libres. El chofer extrañado lo mira una y otra vez, hasta que no aguanta mas y le dice «Eguapyna Kachike, heta oī la asiento ¿mba’ere ndereguapyi?» (Sentáte Kachike, hay muchos asientos ¿Porqué no te sentás?) y Kachike le contestó «Nahaniri ndaguapy’mo’ãi, ajapura hina» (No, no me voy a sentar, estoy apurado)

(*) La palabra «oche’u» (esta pronunciación se pone en boca de Cacique lo que en realidad es oje’u. El doble sentido que hay en esta palabra da sentido al chiste. «Je’u» se usa tanto como el acto gastronómico de «comer», así como también se refiere al acto sexual. ¿Se entiende?

Aparte de los casos calientes que se cuentan aquí, en realidad abundan los relatos sexuales, principalmente relacionados a la infidelidad, como el  clásico chiste del «che ndachéi». Otros relatos de subido tono también aportaron nuestros lectores y colaboradores Yrendy Brun Neira y Pablo Portillo, al comentar un posteo sobre Cachique en nuestra página del Facebook.

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