«Me sopló viento” es una frase muy popular en Paraguay para referirse a la causa de la tortícolis. Con frecuencia, se toma como motivo de memes, burlas o como excusa inventada para faltar al trabajo.
Sin embargo, existe una explicación de por qué las corrientes de aire pueden causar este incómodo dolor muscular que suele impedir el movimiento del cuello, entre otras molestias.
Las corrientes de aire mientras dormimos están entre las principales causas de la tortícolis, según ha señalado el doctor Andrés Sanchez, del Centro fisioterapia Goya (España), explicando que el frío causa una vasoconstricción (se cierran los vasos sanguíneos).
Esto genera la sensación de dolor y bloqueo con que muchas personas se despiertan en la mañana, dijo el especialista al sitio de Telecinco. En Paraguay, la frase típica en guaraní es: «chepeju yvytu» (me sopló viento).
También se denomina “ajúra atä” (endurecimiento del cuello). Los casos de tortícolis tienen una serie de tratamientos caseros que van desde los parches que se compran en las farmacias, pasando por las bolsas de agua caliente, compresas o duchas a alta temperatura, hasta “remedios” más tradicionales como la fricción con «náko» o cigarro poguasu (tabaco de mascar) o con barra de azufre.
El azufre se utiliza en la cultura popular contra una serie de dolores corporales, pero no hay pruebas científicas de que realmente tenga efectos; como tampoco causa perjuicio. Supuestamente, si al pasar la barra de azufre por la zona dolorida hace ruido o se desintegra es señal de que a la persona “le sopló viento”.
Otros numerosos «remedios» folclóricos para combatir el dolor de cuello incluyen fricciones o masajes con hoja de repollo caliente, aceite de manzanilla y eucalipto, aceite de alcanfor y ajo machacado. Asimismo, se suele recomendar té de hojas de salvia o de orégano. Una creencia, algo más radical, también dice que cuando te «sopla viento» tenés que comer una galleta en el baño.