“Promesero” o «promesera» es la persona creyente que ha realizado una promesa a algún santo a cambio de que se le cumpla un pedido particular. Estas intenciones suelen ser bastante amplias. Pueden relacionarse con la salud, en cuyo caso podría tratarse de la cura o alivio de alguna enfermedad.
Otros realizan promesas relacionadas a los estudios, como por ejemplo aprobar alguna materia particularmente difícil, pasar de curso o terminar una carrera. También existen muchas promesas relacionadas a lo material como conseguir empleo, cierto logro en particular como tener una casa u otro bien.
Igualmente, a veces son promesas relacionadas a las relaciones; por ejemplo, casarse, reconciliarse, lograr el reecuentro familiar o el perdón a alguna falla entre cercanos, etc.
En Paraguay, la mayor concentración de “promeseros” se realiza anualmente en la festividad de Caacupé (departamento de la Cordillera), donde acuden cientos de miles de feligreses junto a la Virgencita Azul, desde varios días antes de su festividad, que se celebra cada 8 de diciembre.
Estos “promeseros” son también usualmente llamados “peregrinos” o «peregrinante» porque realizan peregrinaciones desde distintos puntos del país, sea a pie, en bicicleta, en carretas o cualquier otra vía, con tal de llegar hasta el santuario de la Villa serrana.
Pero las promesas pueden corresponder a todo el santoral católico, con oratorios e inglesias extendidas por todo el país. Incluso hay promesas que se realizan a entidades que no son consideradas oficialmente con la categoría de «santos» como serían los casos de «San la Muerte», «Gauchito Gil» y otros.
Para el diccionario oficial de la RAE, promesero es aquel que cumple una promesa piadosa o asiste a un santuario o lugar determinado a cumplirla, usualmente en procesión religiosa. También lo denomina “promesante”, pero este término del diccionario es desconocido en Paraguay.
La palabra “promesero” se extiende –en el mismo sentido que se describe aquí- también en Argentina, según la Real Academia Española.