«Tîro’ysâ» literalmente significa “nariz fría” y alude al perro, que por sí mismo tiene montón de frases alusivas. La expresión se aplica al delator, a quien también se suele calificar de jagua’i (perrito).
Esta condición de «tíroysâ» es considerada muy grave y, en general, los soplones tienen una fuerte condena moral en Paraguay. La más grave, por décadas, fue la delación política, que durante la dictadura podría significar detención, tortura, desaparición y hasta la muerte.
Pero la «jaguareada» tiene formas menos graves -pero igualmente condenables- como los casos que ocurren en los ambientes laborales, por ejemplo. Una forma abreviada de aludir al «tîro’ysâ»es llamarle simplemente «tîro».
Otra forma de referirse a los delatores es el término «pyrague» (pies peludos). Son los que realizan las «pyraguereadas» o practican el «pyraguereato» (delaciones).