En el vocabulario chuchi del fútbol se les llama “extremos”, “punteros” y hasta “aleros”. En Paraguay se les bautizó como “wing tata”, pero en realidad se pronuncia “wintatá”. Proviene de la palabra inglesa “wing” (ala), vocablo al que se le suma “tata”, o sea, fuego.
Son jugadores que se desplazan muy cerca de las líneas laterales, de media cancha para arriba. Solo cuando las acciones del juego lo ameritan deben hacer diagonales. El resto del partido deben estar bien pegados a la raya y encarar, tirar centros al centrodelantro, hacer paredes, chulear, arremeter, atropellar, martillar por el andarivel derecho o izquierdo.
Lo de “tata” es porque en teoría deben ser como el fuego. Son de esos jugadores que queman, que arden, que dejan llamas en cada corrida, en cada arranque, en cada pisada. Hendypaite una vez que atacan. Nelson “Pipino” Cuevas reúne muchas de las características de un wing tata, así como el exjugador de Luqueño y Cerro, Osvaldo Cohener, a quien no en vano apodaban “Cohete”, o el propio Juan Carlos “Soldadito” Benítez.
