Los nombres en guaraní más usados en Paraguay y sus significados

¿Cómo le llamamos al bebé? Suele ser la pregunta recurrente en las salas de parto o cuando los papás se preparan para la llegada del nuevo miembro  de la familia. Todos quieren nombres originales o con un significado especial, así que muchos ven al guaraní como una alternativa para honrar sus raíces y destacarse en las nóminas. Nombre significa téra en guaraní. Y también se dice «rera» y si es en tecra persona «héra». Y estos son los nombres más populares en nuestro dulce idioma, según datos del Registro Civil hasta agosto del 2020:

Arami: cielito. Ara: cielo. Mi: diminutivo. Es el más popular. A febrero de este año 2020 ya se habían registrado 12.787 con ese nombre, según el Registro Civil.

Amambái: variedad de helecho perteneciente a la familia de las aspidiáceas. Las plantas son muy robustas, con hojas que llegan a tener hasta 1,5 metros de largo. El mismo nombre lleva el decimotercer departamento de Paraguay.

Anai: ceibo o flor de ceibo.

Ára: día, cielo.

Arandu:sabiduría, juicio, entendimiento, sabio.

Arapy: universo, mundo.

Avare: sacerdote.

Eira. miel. También sus derivados: Eirete (miel silvestre), Eirami (mielcita).

Guaraní: nombre genérico de varios pueblos indígenas que pueblan hasta hoy gran parte de la costa sudamericana hasta los actuales territorios de Brasil, Argentina, Paraguay y Bolivia.

Guavirami: arbusto nativo del Paraguay, que llega a medir de entre un metro y un metro y medio de altura. Tiene numerosos frutos dulces de color verde, de un sabor exquisito y muy especial.

Guaviju: árbol mediano de la familia de las mirtáceas, originario de Argentina, Paraguay y Uruguay. Presenta frutos de color morado oscuro cuando alcanza la madurez, con pulpa dulce y comestible y una semilla grande.

Hory: “es alegre”; la forma absoluta o sustantiva, y, por tanto, la sugerida, es tory.

Itatĩ: piedra blanca; plata.

Jasy: luna, mes.

Jasyrã: futura luna. Jasy: luna. Ra: sufijo de futuro.

Jasymi: pequeña luna. Jasy: luna. Mi: diminutivo.

Jasyrendy: luz de luna. Jasy: luna. Rendy: luz, llama.

Javevyry: río del pez raya. Lleva el mismo nombre uno de los diez distritos del departamento de Misiones, Paraguay. Se encuentra aproximadamente a 288 kilómetros de la capital, Asunción.

Jarami: pequeño dueño. Jára: dueño. Mi: diminutivo.

Jeguaka: adorno.

Jeroky: danza.

Jerovia: confiar; fe, confianza.

Jeruti: nombre común de varias especies de palomas montaraces, que viven en América del Sur. Es robusto, de andar ágil y un melodioso arrullo. Hasta febrero del 2020 había 218 mujeres con este nombre. En tanto, la otra versión, Yerutí, contaba con 1.876 registros.

Juky: sal, gracia, simpatía, saleroso, gracioso, simpático.

Jukeri: zarzamora.

Kuña: mujer.

Karai: señor, hombre, don.

Kuarahy: sol.

Lambaré: nombre atribuido a un cacique de los alrededores de Asunción, que se había destacado en las primeras décadas de la colonia española en un enfrentamiento armado de indígenas contra los conquistadores, y cuyo nombre lleva el actual distrito distante a unos 10 kilómetros de Asunción.

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Mainumby:colibrí.

Maitei: saludo.

Marangatu: virtuoso, bondadoso, santo.

Mbaraka: guitarra.

Mbigua: cuervo de agua, somorgujo.

Mbokaja: coco, cocotero.

Mburukuja: planta de pasionaria, su flor o fruto.

Mbyja: estrella.

Memby: hijo (lo usa solo la mujer).

Mimbi: resplandor, brillo, resplandecer.

Morotĩ: blanco.

Ñanduti: encaje típico, tejido a mano.

Ñasaindy: luz de luna.

Ñe’ẽngatu: “El de hablar profundo”, en el guaraní antiguo. En el paraguayo actual significa “charlatán” o “hablador”.

Ñevanga: muñeca.

Panambi: mariposa.

Pacholi: forma guaranizada del nombre de una planta aromática proveniente de la India, cuya esencia, fuerte e intensa, se utiliza en perfumería.

Pakuri: nombre de un árbol silvestre cuya fruta, que lleva el mismo nombre, es de un aroma agradable y rico sabor. Sus semillas se utilizan para diversos remedios caseros.

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Poty: flor.

Poty’i: florcita.

Pykasu: paloma.

Rembipe: reverbero. La forma absoluta o sustantiva y, por tanto, la sugerida, es Tenda.

Takuapu: sonido del bambú que las mujeres Mbyá efectúan al arrancar un baile.

Techa: visión.

Tukumbo: “coyunda”, cuerda de cuero.

Tupãsy: madre de Dios. Tupã: Dios. Su: madre.

Tupi: uno de los grupos de indígenas de la costa de América del Sur.

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Vusu: grande, recio.

Ysapy: rocío.

Yguasu: río grande. Y: agua, río. Guasu: grande.

Yvoty: flor.

Yvytymi: pequeña colina. Yvyty: colina. Mi: diminutivo.

Ymi: agüita. Y: agua. Mi: diminutivo.

Ypoty: flor de agua. Y: agua. Poty: flor.

Ysatĩ: agua cristalina. Y: agua. Satĩ: cristalino, diáfano.

Yrasẽma: el poeta Narciso R. Colmán, en su obra Ñande ypykuéra, presenta bajo este nombre a un hada de la música y del canto. La posible traducción es “murmullo del arroyo”.

Yrupe: “Victoria regia”. Es una planta acuática de grandes dimensiones y de una belleza notable.

Ysapy: rocío.

Ysyry: corriente de agua. Y: agua. Syry: corriente.

Ytororõ: catarata, cascada. Y: agua, río. Tororõ: ruido. Lleva el nombre una localidad del departamento Central del Paraguay, distante a unos 25 kilómetros de la capital, Asunción.

Yvami: pequeña fruta. Yva: fruta. Mi: diminutivo.

Yvera: agua resplandeciente, río resplandeciente. Y: agua, río. Vera: resplandeciente.

Yvoty: flor.

Yvuñu: manantial del campo. Yvu: manantial. Ñu: campo.

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Yvytu: viento.

Los significados de cada nombre fueron extraídos del libro “Nombres propios en guaraní adoptados por la población paraguaya actual”, de la Secretaría de Políticas Lingüísticas, emitido en mayo del 2016. De acuerdo al material, los padres de hoy eligen, mucho más que antes, un nombre en guaraní para sus hijos, independientemente de si hablan o no el guaraní. La tendencia de poner nombres en guaraní parece darse con mayor énfasis entre padres no hablantes de la lengua” (páginas 14 y 15).

Dato curioso

El nombre propio que lleva cada indígena guaraní es la palabra principal de su vida, porque el nombre determinará incluso su destino, según explica el libro de la Secretaría de Políticas Lingüísticas. “El niño guaraní que viene al mundo tiene un nombre que le asigna su dios tutelar, y el sacerdote o chamán no hace más que descubrirlo, para lo cual realizará largas oraciones, ayunos y danzas, al cabo de los cuales caerá en trance, y en ese estado, se le revelará el nombre del recién nacido. Este nombre se guardará celosamente en secreto ante los no indígenas y en su lugar se usará cualquier otro nombre o apodo que inclusive puede cambiarse varias veces”, menciona parte del material.

Además, si una persona está enferma, como última medida para salvarle la vida el chamán le cambia el nombre para que la enfermedad se quede con el nombre antiguo y la buena salud venga con el nuevo. Desde ese momento no se vuelve a pronunciar el viejo nombre y se le condena al olvido lo más rápidamente posible.

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