¿Por qué San Blas es Patrono del Paraguay?

La historia de una aparición en medio de una lucha ocurrida hace casi 500 años entre españoles e indígenas dio origen a la leyenda del Señor San Blas, convertido desde entonces en el Patrono del Paraguay y con el tiempo una de las imágenes más veneradas por la religiosidad popular.

Un enorme susto se llevaron los pobladores del barrio Punta Carapã, de Asunción, el día en que descubrieron que se robó la imagen del Patrón Señor San Blas. El oratorio estaba vacío y no había rastros de la persona que se apropió de la escultura de madera.

Rápidamente, los vecinos se pusieron en campaña para recuperar al santo y le prometieron que, si lo encontraban, le construirían una capilla más grande. Aprovecharon la radio comunitaria para informar del robo y el hombre que compró la imagen, sin saber que era robada, escuchó la noticia y fue a devolverla.

“El muchachito que robó (la imagen), le vendió a un señor que es del bajo y él nos trajo de vuelta”, relata doña Valentina Méndez de Romero, una de las vecinas más antiguas del barrio y fiel devota del santo.

Ella todavía recuerda cuando desde los 6 años asistía a los grandes festejos en honor a San Blas. “La fiesta se hacía en la calle, ponían alfombra roja; se instalaba la calesita y participaban las Galoperas; era grande el festejo”, contó la doña de 72 años a Paraguayología.

 


Preparativos para honrar a San Blas en Asunción. Doña Valentina y su hijo Fernando Romero, actual presidente de la Comisión Punta Carapã.

Justamente, la devoción en esa zona viene de épocas coloniales. Allí cerca estaba la iglesia de San Blas, uno de los primeros templos levantados en Asunción, que era destinado a yanaconas (indios al servicio perpetuo de españoles), esclavos, negros y pardos libres. La otra iglesia era La Encarnación, donde solo podían entrar los españoles.

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Pero lo que muy pocos saben es que el título de “Patrono del Paraguay” se ganó luego de un episodio ocurrido el 3 de febrero de 1538, en el fuerte Corpus Christi (a orillas del río Paraná).

De acuerdo a relatos recogidos por el escritor Ruy Díaz de Guzmán, Corpus Christi estaba siendo asediado por indígenas caracaráes y timbúes, en venganza de los españoles que años atrás saquearon sus chacras y quemaron sus casas. Los nativos iban ganando la batalla, cuando los españoles recibieron ayuda de dos barcos provenientes de Buenos Aires.

Estando en plena lucha, los indígenas vieron en la torre de la fortaleza a un hombre vestido con ropa blanca y una espada brillante en la mano. Esa luz les afectó la vista y los españoles pudieron vencer con la ayuda considerada divina. Dijeron que se trataba de San Blas y lo nombraron patrono de los territorios del Paraguay. Más tarde, construyeron una iglesia con su nombre, en Asunción.

El día en que se suprimió la iglesia de San Blas

Durante la colonia, el Cabildo era la institución encargada de organizar los festejos en honor a San Blas. “Las vísperas cantadas se oficiaban en la Catedral donde era conducido el santo en solemne procesión. Encabezada la misma el estandarte real que era llevado a caballo por el alférez real seguido por el gobernador y obispo, clero secular y religioso y devotos en general”, menciona la historiadora Margarita Durán Estragó en su libro Historia de la Iglesia en el Paraguay.

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Pero en 1809, la iglesia de San Blas se suprimió y Juan Valeriano Zevallos fue nombrado mayordomo de los bienes y alhajas del santo. Durante el gobierno del doctor Francia, siendo mayordomo Lázaro Roxas y Aranda, abuelastro del mariscal López, el Cabildo dejó de ocuparse de los tradicionales festejos y se ordenó que los bienes del santo fuesen custodiados en el Arca de la Sala Capitular.

Con el tiempo, los particulares pasaron a ser mayordomos de San Blas, hasta que la antigua imagen se colocó en el retablo de la Catedral de Asunción. En el año 2003, fue reemplazada por otra escultura de mayor tamaño; la antigua imagen se encuentra en el Museo Monseñor Juan Sinforiano Bogarín (calle Comuneros e Independencia Nacional).

El santo de los indios, esclavos y pardos libres

La iglesia de San Blas y la de La Encarnación eran las dos únicas parroquias en Asunción. Esta última, que funcionaba como la Catedral en la época colonial, estaba destinada a las familias importantes; mientras que la de San Blas, construida donde actualmente funciona el colegio La Providencia, era para esclavos, indígenas, mulatos y pardos libres de la ciudad.

Sin embargo, la fe popular se extendió hacia otras ciudades y, en la actualidad, el santo se convirtió en patrono de localidades como Itá, Ciudad del Este y Piribebuy.

En Punta Carapã (Chacarita), el pequeño oratorio dedicado a San Blas ayuda a recuperar la memoria histórica de aquella “Parroquia de Naturales” que durante siglos acogió a los más desprotegidos.

Devoción que continúa en la Chacarita

El Señor San Blas es patrono de Punta Carapã. Las Galoperas, que bailan cada 3 de febrero, fueron fuente de inspiración para el músico Mauricio Cardozo Ocampo, quien compuso la popular canción.

“Nosotros siempre hacemos la función de San Blas. A los niños les damos de comer, decoramos toda la capilla, las galoperas antiguas suelen venir, el sacerdote hace la misa. Antes hacíamos procesión, pero este año no se puede por la pandemia. 100 o 150 chicos suelen comer acá el día de San Blas”, mencionó doña Valentina, quien también es la encargada de vestir al santo en su día, con una capa blanca.

Gracias al trabajo y actividades organizadas por los vecinos, lograron reunir el dinero suficiente para ampliar la antigua capilla. Hoy en día, el sitio ubicado sobre Caballero y Comuneros permanece abierto las 24 horas y es custodiado por la Policía Urbana.

Patrono de locutores, músicos y laringólogos

El Señor San Blas fue un obispo y médico de Armenia (Asia). Es considerado “doctor de la garganta”, pues salvó a un niño que se atoró con una espina de pescado. De ahí la tradición de decir en voz alta: “Señor San Blas” y dar tres palmaditas en la espalda del que se atraganta.

Además, los fieles acuden a él en casos de enfermedades de garganta y, para pagar las promesas, los devotos caracterizan al santo, con capitas rojas y mitras en la cabeza.

La medida de San Blas (así se llama a la cinta roja que se coloca en la muñeca de los niños o por el cuello), se usa para proteger la garganta. Se saca la medida del bastón de la imagen y se reparte entre los creyentes. “Cuando la criatura tiene dolor de garganta, la mamá le pone la medida hasta que se cure”, explicó Valentina.

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Numerosas son las historias relacionadas al milagroso San Blas, que se convirtió en uno de los santos más populares de Paraguay. Aunque los tiempos cambiaron, la gente continúa con la fe intacta pidiendo por su sanación o la de sus familiares.

Oración a San Blas para aliviar dolor de garganta

Oh! Grandioso San Blas, acudo ante ti como médico por excelencia para que me des tu intercesión Divino San Blas, obispo y mártir, para que Dios me libre de las dolencias de la garganta que estoy padeciendo en estos momentos y me cuide y libere de cualquier otro mal. En el Nombre de nuestro Señor Jesucristo que vive y reina en todos nosotros. Amén.

Oración a San Blas para sanar la tos

Oh, glorioso San Blas, que por tu martirio ha dejado a la Iglesia un precioso testimonio de fe, obtenga para nosotros la gracia de preservar dentro de nosotros este don divino, y defender, sin respeto humano, tanto con la palabra como con el ejemplo, la verdad de esa misma fe, que es tan malvadamente atacada y calumniado en estos tiempos.

Tú que curaste milagrosamente un niño pequeño cuando estaba a punto de morir a causa de una afección de la garganta, concédenos tu poderosa protección en las mismas desgracias; y, sobre todo, obtener para nosotros la gracia del arrepentimiento, junto con una fiel observancia de nuestra Iglesia, y evitar ofender a Dios Todopoderoso. Amén

Oración a San Blas para curar enfermedad de garganta

San Blas, protector sagrado de todos los males que afectan la garganta, hoy te invoco para que atiendas mis aflicciones referentes a una extraña enfermedad que está afectando mi garganta y los médicos no encuentran ninguna solución.

Te suplico humildemente intercedas por mí, para que pueda alcanzar la misericordia, dame el remedio que necesito, este favor que te pido con mucha fe, te ruego des la solución que necesito a mi problema de salud. Amén.https://www.youtube.com/embed/Pyws88YwmvI?feature=oembed

Fuente bibliográfica:

-Historia de la Iglesia en el Paraguay (2014). Margarita Durán Estragó, Carlos A. Heyn Schupp, Ignacio Telesca.

-aranduvera.com.py

-https://oracionpara.com/

 

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