“Ajuka sevo’i” es una frase paraguaya que se traduce como “mato lombrices”. En la práctica se refiere a beber alcohol, en la creencia de que la bebida teóricamente puede aniquilar estos parásitos.
En realidad, para la ciencia médica la supuesta cualidad de las bebidas alcohólicas de matar lombrices alojados en el cuerpo humano es solo un mito; al contrario, el alcohol causa diversos tipos de daños a la salud. Pero, como siempre, una cosa suele ser lo que dicen los libros y otra diferente lo que las personas creen.
El andariego poeta Emiliano R. Fernández, usa la expresión en “Concepción jerere” (alrededor de Concepción). En la polca rememora sus andanzas en las compañías del primer departamento: “Upégui tajevymi/taguâhê Felipa’ípe/ha upe rire katu Kalípe/ajukáne sevo’i” (Luego, regreso/llego a lo de Felipita/y después a lo de Calí/donde he de matar mis lombrices”.
El mentado almacén de Calí se llamaba así por su dueño, Calixto Gamarra y era el lugar de encuentro de la carrería. En tanto, Felipa’i, se refiere al almacén de doña Felipa Pintos, del kilómetro 13, vía férrea, que unía Concepción, con Horqueta, según Mario Rubén Alvarez, en su libro “Las voces de la memoria” (2005).
Así como beber alcohol se asume como matar lombrices, en sentido contrario, en Paraguay se suele decir “ambvy’a che sevo’i” (doy alegría a mis lombrices) cuando la persona ingiere golosinas o cosas dulces.
En Paraguay abundan los parásitos intestinales, por lo que es común escuchar referencias a las lombrices. Los bichos que más frecuentemente contagian a los niños y adultos son el áscarislumbricoides (sevo’i pytã) oxiurus (sevo’itatî) y la tenia (sevo’i solitario).
Muchas veces, los parásitos que ingresan al organismo a través de la piel causan molestas picazones, especialmente en los pies (py sevo’i) e incluso en las manos (po sevo’i).
