Es el elegido por el poder de turno, palabra mayor en cuanto elección haya. El que -según la creencia- debe vencer a como de lugar. Era toda una institución en la política, aunque cada vez con menos vigencia.
Es lo contrario del «kavaju piru» (caballo flaco), que por tener menos energía habitualmente termina perdiendo la carrera, según se describe en nuestro artículo sobre los tipos de políticos paraguayos.