«Che jeýma, he’i iñate’ ỹva» es un ñe’enga (refrán popular) sumamente utilizado en Paraguay. Se traduce como: «Yo ya otra vez, dice el perezoso».
La expresión se atribuye generalmente a los niños, adolescentes y jóvenes que se niegan a hacer los mandados de sus mayores.
El supuesto haragán tiene la impresión de que todas las tareas se le endilgan a él, por lo que pronuncia esa frase de protesta. El mismo sentimiento tiene el niño que no tiene hermano y lo expresa en este dicho: “che jeýma, he’i hijo único” (yo ya otra vez, diría el hijo único).
Otra versión de la misma frase refiere: “Che jeýma, he’i plata puruha” (soy yo, de nuevo, dice el que viene a pedir dinero prestado).
Otra frase relacionada señala: “Che jeýma he i ikaiguéa” (de nuevo yo, dice el desganado). Usando una construcción similar también se dice: “che jeýma, he’i demoño” (el demonio dice: soy yo otra vez); “che jeýma, he’i entremetido” (nuevamente yo, diría el entrometido) y finalmente “che jeýma, he ‘i la muerte” (yo ya otra vez, dice la muerte).
En relación a la pereza existen varias expresiones condenatorias, muy usadas sobre todo en el interior: «ate’ỹ mata» (la mata de la pereza) , ate’ỹ ruvicha (el jefe de los haraganes), «ojeliapa hese la ate’ỹ» (está todo liado por la holgazanería), «ate’ỹ atómico», «ate’ỹ nuclear», «ate’ỹ y no macana», etc.
Otra expresión similar en guaraní y que es muy utilizada es «tekorei» (improductivo, vago, que no hace nada). Estos inservibles tienen también sus dedicatorias muy duras en el habla cotidiano: «avión bocina», «panteón timbre», «4 de copa», «lápi de color morotî», etc.