«Mango je’u ha vúrro ári jejupi gente apytépe ndajajapóvai». Este ñe’enga se traduce como: Comer mango o montar un burro es mejor hacerlo sin público.
Es lugar común decir que en Paraguay el mango se desperdicia a montones. Ni se consume masivamente, ni se industrializa, mientras en otros países la misma fruta es muy cotizada. Pero en nuestro país, simplemente se pudren, en general, sin ningún beneficio.
El mango realmente es muy poco apreciado por los paraguayos. Por eso, el refrán popular lo ubica prácticamente como algo que se consume de manera vergonzante.
Y la comparación que encuentra el ñe’enga es el burro, un animal igualmente menospreciado y convertido en símbolo de ignorancia y terquedad.
Por eso, si uno va a comer mango debe evitar hacerlo en público. Lo mismo que si va a subirse a un burro: no es lo mismo -claro- montar un caballo.