“Amóntema” significa fuiste, fue. Algo que se terminó definitivamente. Se refiere a algo verdaderamente irremediable, irreversible. Un ejemplo de uso podría ser: “Le atajó la patrulla caminera y amóntema”, en el sentido que un conductor fue pillado en infracción en el tránsito y por tanto ocurrió lo irremediable: debió pagar una multa (o una coima).
Literalmente, “amóntema” quiere decir “allá nomás ya”. Es similar a «ho’uma úle».
Hubo un presidente paraguayo que hacía el gesto de “amóntema” con un característico cabeceo.
El término también puede referirse a la muerte. Por ejemplo: “Hubo un choque y el conductor del auto amóntema”.
Como antecedente bíblico se puede citar como similar a las famosas últimas palabras de Jesús en la cruz: “Consummātum est” (todo está cumplido, todo ha terminado), como se recoge en el Evangelio de Juan 19,30).