“Ñañala” significa mujer mala. En el cancionero popular paraguayo abundan sobre todo dos acusaciones contra las mujeres: o son ingratas o son ñaña.
Si bien suelen usarse indistintamente ambos términos, «ingrata» se aplica con más frecuencia a las mujeres que abandonan o son infieles; en tanto el término «ñaña» es más usado en los casos de rechazo.
El propio Emiliano R. Fernandez, en «La última letra» escribió: «Amadme compasiva, te imploro mi azucena anína ne ñaña rehayhu ramo nde sy». También escribió «causa ne ñaña«, donde canta: «Ne ñañagui chendive ãicha chembopadeséva/ Ndereroviágui ha’éva che rejá tajeperde».
Otra polca muy popular, «A mi virgen querida», de Chacho Fernandez (letra) y Bernardo Ávalos (música), dice: «Che nde rayhu ha nde rechaségui/nde róga esquínagui nasêvéi/ ha nde ne ingrata ne añaségui/ku resêmírô nerema’êi».
Con menor frecuencia, se utiliza el término «ñañalo» hacia los varones. Asimismo, es usual el uso de «ñaña’i» (para referirse a alguien como malito o malita).
Por otra parte, en modo coloquial, se suele usar «ñañasear«, convirtiendo el término en un verbo. Del mismo modo, se habla de «ñañasismo» para referirse a la maldad en forma general.
Como superlativo están: «ñañaiterei», «ñaña nde’áva», «ñaña ruvicha», «ñaña mata», «ñaña korocho», entre otros.