Se refiere al coqueteo o flirteo que comprende el inicio de una posible relación amorosa. El novilleo implica cualquier forma de llamar la atención de la otra persona, sean miradas, insinuaciones o las famosas «pasadas» que hacen las personas interesadas cerca de sus pretendidas. En suma, galantear o hacer la corte.
Tradicionalmente, luego del novilleo puede venir el ñemongeta (conversación que apunta a la seducción). Si el pretendiente es aceptado se convierte en “jegustaha” o “chico’i” (es decir, novio formal). Entonces, se dice que tales personas «festejan».
Obviamente, estas prácticas van cambiando de forma, principalmente por el efecto de las redes sociales. Una frase muy pintoresca atribuida a los novios sin experiencia dice lo siguiente: «Japyta upéicha, he’i ojegusta ramóva» (quedamos así, dicen los novios recientes).
El español oficial no incluye esta acepcion paraguaya. Para la RAE, novillo se refiere a los vacunos de dos o tres años o al toro que está castrado. O bien define así al hombre cuya mujer le es infiel.
Los novillos no son muy bien tratados en las conversaciones coloquiales paraguayas. «Heta iko’ê la novillo rekaka», se dice por ejemplo respecto a un lugar donde suelen producirse estos galanteos. O bien también se dice: «novillo rekaka ndaha’ei abono» (la cagada del novillo no sirve para abono).