No bailar tango, no hacer cecina, no ejecutar el violín. Tres expresiones de coraje y orgullo resumen una actitud típica del paraguayo ante la vida.
1- “Che ndajerokýi voi tango ani haguâ aguevi”. Típica frase de envalentonamiento. “No bailo tango porque no me gusta retroceder”. Volver atrás está claramente prohibido. Se complementa con el clásico lema guerrero: «paraguayo no guevi, porque si guevi poti» (el paraguayo no retrocede, porque si retrocede muere).
2- “Ndajapói cecina por no aguevi kyse che pópe”. Similar a la anterior, expresión de corajudos. La cecina es la carne salada generalmente cortada en tiras que se seca al sol, al aire o al humo para su conservación en el tiempo. La figura alude al proceso de elaboración de dicho alimento: “Yo no hago cecina para no retroceder con el cuchillo en la mano”.
3- “Che nambopúivoi violín ani haguâ aiko ahevikuaretû avavépe”. Yo no toco violín para no tener que estar oliendo el trasero de nadie, según la traducción libre. La expresión de rechazo al «hevikua retû» (oler el trasero) está muy presente en las conversaciones cotidianas en el interior del país. Se consideraba por ejemplo que los niños debían oler el trasero de algún contemporáneo que tuviera un comportamiento o actuación ejemplar.
Como curiosidad, mencionemos también la frase «Paraguayo ndokuarúi ha’eño» (el paraguayo no mea solo), que desarrollamos en otro artículo.