La mala onda simplemente se contagia. O se muda, como decimos en Paraguay. Lo que es más: se propaga como onda expansiva, en progresión geométrica. Por eso, el refrán advierte que “ojerevaívape ojere vaipa” (‘al que le viene mal, le viene todo mal’). También se dice “hakuahápente hakuapa” (‘donde es puntiagudo, todo es puntiagudo’).
Quizás el más gráfico y sicalíptico de los dichos autóctonos sea: “Desgraciarâ avati ygue jepe osoróne nderehe” (‘Para desgracia*, se te ha de explotar/dispararse hasta el marlo de maíz’). Debemos aclarar que el citado marlo es usado comúnmente como papel higiénico en las campiñas paraguayas. De modo que es fácil imaginar el colmo de la desgracia que podría reportar la explosión o el disparo de dicho objeto en momento de su aplicación.
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Para el que acarrea la yeta se aplica la expresión “tye raku” (‘estómago caliente’). Y el prójimo que tuviera el virus de la mala suerte tiene garantizado el desprecio de su entorno. Si es fanático, el tye raku no deberá ir a la cancha cuando juegue su club; se evitará su compañía siempre que sea posible, etc.
VAYA VAYA: Refranes que dicen lo mismo
Por otra parte, nosotros creemos profundamente en la “desgracia con suerte”, una categoría especial de episodios positivos/negativos simultáneamente. Si bien la expresión no es exclusiva del Paraguay, nosotros hemos creado refranes usando esa “raíz”.
Por ejemplo: “Desgracia con suerte, he’i inambípe ojejapíva” (‘Desgracia con suerte, dice el que fue baleado en la oreja’), o: “Desgracia con suerte, he’i la hóga káiva ha omano isuégra” (‘Desgracia con suerte, dice aquel a quien se le quemó la casa y se murió la suegra’).
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Volviendo al tema de las tragedias en serie, en castellano, se suele escuchar:“Cuando uno está de culo, todo viene de punta”. Igualmente, se alude a cuando alguien cae y literalmente todo se le viene encima: “Del árbol caído todos hacen leña”. O dicho bíblicamente: “Al que tiene se le dará más, pero al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará” (según Lucas 19)
Finalmente, lo bueno de todo es que existe la famosa “desgracia con suerte”, una categoría especial de episodios negativos/positivos muy difundida en nuestros países.