Se refiere a alguien muy pesado. El locro que se come a la tardecita puede causar molestia digestiva, si no se toman las precauciones. “Amor recaído ha locro ka’arúgui nderejedescuidái vaerâ” (No te descuides del amor recaído y del locro atardecido), advierte el refrán. En el mismo sentido se advierte: “Kuña yvate ha locro ka’aru embyaku porâ vaerâ he’u hagua o si no nemo urê” (La mujer alta es como el locro atardecido: tenés que calentar bien para que no te cause malestar).