Literalmente, tapa de la cadera. La expresión se utiliza para referirse a la pareja, sea una relación de noviazgo, matrimonio, concubinos, amantes, etc. Es un vulgarismo. Por la fuerte carga gráfica de la frase, dificilmente se utiliza en segunda persona (nadie diría, por ejemplo «¿querés ser mi cadera tapa?» ).
En cambio es más común su aplicación respecto a los ausentes («Fulano ya consiguió para su cadera tapa», «Mengana cambió de cadera tapa», etc.). En primera persona también suele utilizarse pero en forma limitada, y generalmente en ausencia del/a aludido/a (ejemplo: «yo iré al asado con mi cadera tapa»).