«Hacer la pasada» es una suerte de ritual de flirteo consistente en que una persona se desplaza – generalmente de modo reiterado- en las inmediaciones de la persona admirada con el fin de producir un contacto visual y quizás eventualmente alguna conversación. Estas pasadas pueden ser caminando o en cualquier tipo de vehículo.
También se puede hacer de forma solitaria o en compañía de amigos. La idea básica es ver y ser visto por la persona que es objeto de deseo. Con la proliferación de las motos, en algunas ciudades del interior se realizan diariamente unas rondas que incluyen pasar por un mismo lugar decenas de veces, por ejemplo, hasta que se agote el combustible.