1- Sepulturero. El que tiene fama (y a veces hasta el mérito) de fundir partidos. En realidad, son varios que acostumbran recorrer agrupaciones políticas, a los que van enterrando indefectiblemente a su paso. Lo notable es que ellos logran resucitar una y otra vez, incluso a veces con altísimos cargos, pero sus partidos no siempre tienen esa suerte. Hay que pedirles la receta.
2- Pokarê. Es el corrupto que mete la mano en la lata. Literalmente «pokarê» quiere decir “mano torcida”.
3- Kavaju piru. Hay muchos de este tipo. Es una llamada de alerta, especialmente para los políticos que se candidatan con bombos y platillos como si fueran a ganar con absoluta certeza, pero sin embargo quedan por el camino. Por ello el ñe’enga proclama: “Kavaju piru na hu’âi”. Caballo flaco no llega.
4- Mbaretécho, mbarete. Es el que utiliza la fuerza. Aplica el “mbarete”, que se considera una de las leyes irrefutables en Paraguay.
5- Planillero. El que cobra sin trabajar. Le basta con figurar en la planilla de personal. Equivalente al funcionario «ñoqui» de los argentinos (no trabaja, pero aparece religiosamente para cobrar el 29 de cada mes).
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6- Yvytuista. Es el veleta, aunque nosotros preferimos decir «veleto». Corre hacia donde va el viento. Un viejo caudillo aconsejaba: “Si ves que viene una multitud en sentido contrario, ni preguntes a qué van, date vuelta inmediatamente. Ya una vez que estés caminando con la muchedumbre podés preguntar qué está pasando”. Literalmente, la palabra sería algo así como “vientista”.
7- Caballo de comisario. El candidato respaldado por el padrino mayor y que por tanto tiene todas las de ganar una elección. Anteriormente, en el interior, el poder del comisario era tanto que no era imaginable que su caballo perdiera, so pena de graves consecuencias para el competidor que le venciera.
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8- Veleto/a. Lo mismo que yvytuista. Son los que cambian de sector político; también se les dice «hyekue jere» (achura que se da vuelta). Es frecuente la alusion: «oho jey ipartido ypykuépe» (volvió a su partido de origen). O bien el ñe’enga, «tojehecha ipartido peteîva» (que se vea el que tiene un solo partido). Pero no solo se usa en el ámbito político, sino en el plano amoroso. En ese caso se refiere a la persona que tiene más de una pareja.. “Péa i veleto, ejecuidáke ichugui”, es la advertencia dada en este sentido y tal calificación puede ser determinante a la hora de los noviazgos.
9- Camanduléro. El que camanduléa en la política, normalmente alguien gelatinoso sin tomar posturas muy definidas. Es aprovechador, tramposo, astuto, mentiroso, hipócrita, especulador.
10- Cepillero. Es el aplaudidor, el zalamero, que rodea a todo dirigente. Es el que le pasa el “cepillo” al caudillo y con ello se gana sus prebendas. Ejemplo: “Andrés llegó lejos siendo cepillero”.
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11- Chupamedias. Lo mismo que cepillero, lametraste o lameculos. A veces se le dice simplemente “lame”. Especialista en kele’e (alabanzas, elogios).
12- Mbatara. Político que cambia de bando o color. Proviene de bataraz o bataraza, que es el gallo o la gallina con plumas con colores moteados. Otra acepción del término se refiere a tener fama de prostituta. “Iputave ryguasu mbatarágui”, dice el refranero (es más puta que la gallina bataraza). Ver también ampliación de “mbatara”.
13- Ñe’erei, ñe’embarei. El que habla al divino botón; ya se sabe que nunca va a cumplir su palabra. El que habla gratis, en traducción libre. “Juaña oñe’embarei todo el día” (Juana habla de balde todo el día).
14- Popinda. Ladrón. La frase usada en guaran significa “mano de anzuelo”. Po: mano. Pinda: anzuelo. A diferencia del manguruju, el popinda suele ser de poca monta.
15- Manguruju. Pez gordo que se come a los pequeños. Son los capos, grandes influyentes generalmente de la política, aunque se refiere también a los popes de otros ámbitos. Son los famosos «mata mata kuete» (los top entre los privilegiados).
16- Pirakambu. Chupa sangre. Se aplica mucho a los altos funcionarios o en general a personas que se aprovechan del prójimo. Proviene de una especie de pez que succiona la sangre de sus víctimas.
17- Karu letrado. Es el que come en forma avivada, sin que se le pille. Deriva de la habilidad atribuida a algunos peces de comer la carnada del pescador sin que éste pueda atraparle. Se aplica en general a las personas que pueden aprovecharse de una función con tanta discreción y cuidado que obtienen ventajas sin ser descubiertas por los órganos de control.
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18- Chupete soro. Al que se le rompió el chupete. Suele describir a quienes perdieron alguna posición o privilegio y entonces comienzan a quejarse o criticar ácidamente todo lo que anteriormente habían estado avalando.
19- Trato kure, trato ky’a. El que tiene trato sucio, donde una de las partes o ambas no tienen voluntad de cumplir lo acordado.
20- De la primera hora. Es el pionero en apoyar una candidatura (detalle importantísimo; en caso de ganar, claro). Será el enemigo acérrimo del «paracaidista» o el de la «mesa puesta». Las disputas entre ambos suelen ser durísimas.
21- De la mesa puesta. Estamos ante el apoyador tardío, posiblemente un consumado yvytuista (ver número 5) o un «paracaidista» (el que viene cayendo, sin haber activado en la campaña; solo se presenta para disfrutar de las mieles del éxito).
Okúi, okúima. Finalmente hablamos del caído en desgracia. Es decir, la persona que perdió el poder, una tragedia especialmente sentida en Paraguay, donde dejar de mandar equivale poco menos que a la muerte civil. La expresión «kúi» alude a la fruta madura que se desprende de la rama del árbol. Cuando ocurre la caída, se olvidan inmediatamente las promesas de apoyo «hasta las últimas consecuencias» que los adeptos podrían haber estado jurando hasta minutos antes.
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